5 libros cortos para leer camino a la escuela, la oficina o mientras esperas que la lluvia pase

Libros que te harán olvidarte de que todo en la ciudad es un caos

En una urbe como lo es la Ciudad de México es fácil olvidarnos de los pequeños detalles que hacen que la vida sea más ligera y el tiempo más placentero. Corremos de un lado a otro y nos estresamos en el tránsito de las avenidas, en los atascos en el metro o simplemente golpeamos la suela de nuestros zapatos contra el asfalto intentando apurar a la lluvia para que cese y nos permita llegar a donde sea que nos dirigíamos en primer momento.

Dicen que no hay mejor cura que el abrazo de un amigo y como dijera Groucho Marx (actor, humorista y escritor estadounidense) “Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente esta demasiado oscuro para leer”. Por eso te recomendamos 5 libros cortos que podrán ser el mejor remedio para cualquier mal citadino:

1. Las batallas en el desierto
José Emilio Pacheco

José Emilio Pacheco – Las batallas en el desierto

La historia de un amor imposible que cobra vida en las calles del extinto Distrito Federal es el tema principal en esta novela magistral del gran José Emilio. Un libro en el que se desentrañan temas de política, sociedad y humanidad que nos envuelven y nos tienden la mano para adentrarnos en la vida del protagonista.

 

 

 

 

 

2. De ratones y hombres
John Steinbeck

John Steinbeck – De ratones y hombres

Una de las obras más importantes para la literatura estadounidense del siglo XX que se ha convertido en un clásico a lo largo del tiempo. Escrita por el premio Nobel de literatura, es una narración bellamente entramada que habla versa sobre la amistad, la pobreza y los sueños y que se convierte en una tragedia entrañable.

 

 

 

 

 

3. El viejo y el mar
Ernest Hemingway

Ernest Hemingway – El viejo y el mar

Quizá el libro más memorable de Hemingway y por el cuál ganó el Pulitzer en 1952. Escrita en Cuba, la novela retrata la vida de Santiago, un pescador de edad avanzada que lleva demasiado tiempo sin tener pesca alguna. Es una obra que entre sus líneas está llena de humanidad y pasión.

 

 

 

 

 

 

4. La borra del café
Mario Benedetti

Mario Bedetti – La borra del café

Aunque es más recordado por su poesía, Benedetti ha sido considerado uno de los más importantes autores de la narrativa latinoamericana. ‘La borra del café’ es una de sus obras cumbre; una novela fragmentaria en la que las anécdotas, los acontecimientos históricos y las personas unifican los recuerdos de un amor inocente que había sido olvidado.

 

 

 

 

5. La ciudad ausente
Ricardo Piglia

Ricardo Piglia – La ciudad ausente

En un punto medio entre la novela romántica y la novela política, es un registro veloz y sensible a los matices de una ciudad siempre cambiante y que nunca es hogar. La pluma de Ricardo retrata un Buenos Aires incierto en el que una historia de amor es el eje sobre el que la vida de toda una ciudad recae.

 

 

 

 

 

 

Y así las horas pueden pasar volando, entre páginas y palabras que se quedan en la memoria y el corazón.

Seguro hay mil títulos más que podrían agregarse a esta lista, así que si tienes alguna recomendación no olvides comentarnos cuál sería.

¿Mala memoria? Leer en voz alta podría ayudarte a mejorarla

Una técnica de estudio diferente que puede resultar muy efectiva

La mayoría de las personas dejan de leer en voz alta una vez que han pasado la etapa aprendizaje en los primeros años de su vida, pero un nuevo estudio sugiere que seguir realizando esta actividad nos ayudará a tener una mejor memoria en el futuro.

En el estudio publicado en la revista Memory, los científicos registraron a 75 estudiantes leyendo 160 palabras en voz alta. Dos semanas más tarde, estudiaron 80 de estas palabras de varias maneras: escuchando su propia grabación de las palabras, escuchando una grabación de otra persona diciéndolas, leyéndolas en silencio, leyendo en voz alta para sí mismas. Para asegurarse de que no las olvidarán, varios usaron las técnicas en diferentes órdenes.

Más adelante en el estudio, se les mostraba una palabra y los participantes debían decir si la había estudiado o no. Resultó que el método de estudio más efectivo fue leer las palabras en voz alta, seguido de escuchar una grabación, escuchar a alguien decir las palabras y leer en silencio.

Debido a que los científicos separaron las diferentes técnicas en el proceso, los resultados sugieren que la ventaja proviene no solo de leer o escuchar, sino específicamente de leer y escucharnos a nosotros mismos. Los autores sugieren que leer cosas en voz alta implica diferentes tipos de procesamiento, lo que lo hace más activo y nos involucra más que leer en silencio.