Desde 1437, la duda ha perseguido a la comunidad científica

Mapear el cosmos tal como lo vemos desde la Tierra es un trabajo interminable, pero sin duda es una actividad que vale la pena, ya que el registro histórico de lo que existe en el cosmos es de vital importancia para la investigación científica.

Aunque es un trabajo arduo, tiene la ventaja que cuerpos celestes como las estrellas pocas veces cambian de posición. Es por eso que, cuando en 1437, los astrónomos coreanos descubrieron una nueva estrella en una constelación conocida, se sintieron perplejos cuando dos semanas después había desaparecido.

Una estrella recién descubierta, que desaparece por completo en la oscuridad del espacio, no es algo que suceda todos los días; o en realidad, casi nunca. Por lo que la desaparición de esta fue un hecho único que tomó siglos resolver.

Los científicos actuales creen que la estrella en cuestión era, en realidad, una enana blanca. Este tipo de cuerpos celestes, no son visibles normalmente en el cielo nocturno. Sin embargo, lo que los astrónomos coreanos observaron en su tiempo fue la explosión nova de esta estrella, la cual es increíblemente brilla y puede verse desde la Tierra.

Una vez que la explosión masiva concluye, la enana blanca vuelve a oscurecer una vez más. Los astrónomos en 1437, definitivamente contemplaron un fenómeno único sin darse cuenta.