El planeta que no debería exisitir

Los astrónomos han estado adquiriendo “el hábito” de descubrir exoplanetas recientemente. Encontrar señales reveladoras de un planeta que órbita alrededor de una estrella lejana sigue siendo bastante difícil, pero los poderosos telescopios lo están haciendo cada vez más sencillo, encontrando y documentando nuevos planetas con impresionante regularidad.

NGTS-1b es uno de esos planetas, y los científicos acaban de revelar su descubrimiento hace unos días. Sin embargo hay algo que está mal con este planeta y es que: ni siquiera debería existir.

“En teoría, es imposible”, dicen investigadores del Instituto de Investigación Planetaria del DLR sobre el descubrimiento de que la pequeña estrella enana NGTS-1 alberga un enorme planeta gigante de gas que rivaliza con Júpiter en cuanto a tamaño. Los científicos consideran que es un descubrimiento increíble que podría alterar dramáticamente la comprensión actual de cómo se forman los planetas.

El planeta y su diminuta estrella son los primeros descubrimientos de la nueva encuesta de tránsito de próxima generación (NGTS) instalada en Chile, y seguro que es una maravilla. El sistema utiliza un total de 12 telescopios para mirar hacia el espacio y detectar los débiles descensos en el brillo de las estrellas que sirven como pistas de planetas en órbita.

El gigante gaseoso órbita cerca de una estrella que tiene solo la mitad del tamaño de nuestro sol, y ahí es donde los científicos fallan al explicar su relación. Hasta ahora, se creía que las estrellas enanas como NGTS-1 podrían albergar mundos rocosos más pequeños pero nada remotamente tan grande como el nuevo planeta. Siempre había supuesto que esas pequeñas estrellas no contaban con el exceso de material orbitando para formar mundos de tamaños masivos.

NGTS-1b está orbitando en su estrella a una distancia muy cercana, por lo que una vuelta completa, es decir, un año equivale a menos de tres días terrestres.