Se especuló que su desaparición fue causada por el hombre, que llevó una plaga de ratas a su hogar natal causando su extinción
Descubrir que una especie que se cree extinta se encuentre viva es prácticamente imposible, más aún si el nuevo encuentro sucede casi un siglo después de que el total de su población fue diezmada. Pero esto pasó hace algunas semanas, donde un peculiar insecto australiano llamado Dryococelus australis fue ubicado nuevamente.
Los científicos han confirmado que el insecto, de alguna manera, logró evitar la extinción después de que los humanos diezmaron su población.
Antes de 1918, la Isla Lord Howe frente a la costa de Australia era el hogar de una mezcla diversa de especies que no existían en ninguna otra parte del planeta. Una de esas especies era esta langosta de árbol, un insecto grueso y parecido a un palo. Cuando un naufragio en ese mismo año introdujo a las ratas negras a la lista, volvieron el ecosistema local un caos, llevando a varias especies a la extensión.
Varias décadas más tarde, una especie similar se encontró en una pequeña masa volcánica llamada Ball’s Pyramid, a sólo 12 millas de la Isla Lord Howe. Más adelante, gracias a unas pruebas de ADN se confirmó que pertenecían a la misma especie.
Actualmente, los científicos planean liberar a la Isla de su problema de ratas a partir del próximo año, momento en el que sería posible reintroducir al insecto en su hogar natal. Sin embargo, antes de que suceda los ejemplares de esta especie tendrían que aumentar en cautiverio.